La autoestopista fantasma es una leyenda urbana. Al
igual que la mayoría de estas historias, no tiene un origen definido y
está dispersa por una extensa área geográfica. Aunque hay muchas
versiones del relato, todas coinciden en que gente viajando en
vehículos se encuentra con autoestopistas que luego desaparecen sin
explicación alguna, generalmente en el propio vehículo en movimiento.
La leyenda circula desde hace siglos, y ha ido adaptándose a los cambios en el sistema de transporte.
En las versiones más antiguas, la joven paraba a los jinetes para que
la subieran al carruaje, o a la grupa de su caballo. Algunos consideran
que una de las primeras versiones se relata en la Biblia (Hechos
8:26-39).
La leyenda cuenta que una joven vestida de blanco con un
vestido rasgado (a veces de novia y otras de luto) se manifiesta frente
a los viajeros a la vera de los caminos, por lo general cerca
de una curva peligrosa. Les pide a éstos que la lleven; cuando sube, se
dice que transcurre un tiempo en absoluto silencio hasta que ella,
misteriosamente, desaparece del vehículo en movimiento. Se suele contar
luego que el viajero termina enterándose que la mujer había muerto en
un accidente o de alguna forma trágica. La versión que la viste con
traje de bodas afirma que murió con su novio.
El propósito de la aparición varía: en ocasiones, alerta al conductor sobre una curva peligrosa, precisamente aquella en la que murió; otra veces, causa la muerte del conductor, al no alertarle del peligro de la curva.
Actualmente circulan múltiples versiones de la leyenda,
identificadas con títulos como La chica de la curva, La curva de la
muerte, La muchacha del baile, La mujer de blanco, etc.