El
rito masónico es el conjunto de ceremonias que, por una parte,
estructuran el trabajo colectivo efectuado por las logias y, por otra,
favorece el trabajo introspectivo de cada francmasón. La Francmasonería
usa pues este término sin darle ninguna dimensión teológica y
sacramental.
Los principales ritos son el rito francés,
el escocés antiguo y aceptado, el escocés rectificado, el inglés estilo
emulación y el rito de Memphis-mizraim. Las diversas ceremonias que
acompasan el trabajo masónico, son prescritas por rituales específicos
que ponen en obra el rito. Algunos ejemplos de estos rituales son: el
ritual de abertura y cierre de los trabajos de Logia; el ritual de
iniciación; el ritual de la cadena de unión; el ritual de instalación
del Venerable y de los Oficiales de la Logia, etc.
Los ritos que son puestos en práctica a través de los rituales, son al mismo tiempo iniciáticos, esotéricos y tradicionales.
Son “iniciáticos”
en el sentido de que permiten a aquéllos que lo viven y lo practican
conocerse mejor y progresar por un trabajo incesante y fecundo sobre
ellos mismos. Para practicarlos, hace falta haber sido iniciado después
un paso voluntario y reflexionado concienzudamente. La comprensión de
cualquier rito, sea éste masónico o de cualquier otra naturaleza,
requiere una parte importante de implicación. Un rito al cual se asiste
como espectador, como simple observador, está desprovisto de
significado y de todo impacto. Es posible incluso que se vuelva
grotesco y alienante a los ojos de aquel que no se siente partícipe del
mismo.
Los ritos son “esotéricos”,
siendo que no hay que entender por este término ningún tipo de “magia”
o practica de “ciencias secretas”, propias del “ocultismo”. Esoterismo
significa aquí que los valores, los principios, la “enseñanza
masónica”son transmitidos a través de los ritos y se expresa mediante
un lenguaje simbólico. Es decir que estos valores, estos principios y
estas enseñanzas no son inmediatamente dadas al francmasón, sino que
por la práctica y el estudio paciente del rito, el francmasón puede
descubrir y, a través de su experiencia personal, encontrar en ellos,
elementos para su edificación moral e intelectual.
Los ritos son, por último “tradicionales”
en la medida que emanan, en gran medida de tradiciones y mitos
ancestrales de la humanidad y son, de esta forma, portadores de una
sabiduría inmemorial.
Desde un punto de vista histórico, el
uso de la palabra “ rito “ para designar las ceremonias es bastante
tardío en la Francmasonería. Desde 1717, año de la fundación de la
Gran Logia de Londres, hasta los años 1740, los usos masónicos eran
bastante uniformes. Sin embargo, a partir de los años 1740, aparecen
divergencias notables en las prácticas masónicas, sobre todo en
Francia. Estas modificaciones fueron ganando poco a poco en amplitud
hasta contribuir a la conformación de la francmasonería tal como se
conoce hoy. Estas divergencias se han extendido sobre todo con la
creación de altos grados como continuación de los grados fundamentales
de la masonería que son los grados de aprendiz, compañero y maestro.
Así entre los años 1740 y 1815, llegó a producirse una proliferación
anárquica de ritos masónicos de los que la gran mayoría han caído hoy
en desuso, de ellos se tienen catalogados más de una cincuentena. Es
con el fin de distinguirlos unos respecto a los otros que los masones
empezaron a utilizar la palabra “rito”. Así, se habla del rito escocés
rectificado (1782), del rito francés (1786), del rito escocés antiguo y
aceptado (1804), del rito de Misraïm (1788), del rito inglés emulación
(1815), del rito de Memphis (1815), del rito antiguo y primitivo de
Memphis-Misraïm (1899), etc. En estas mismas páginas puede el lector
encontrar referencias históricas y sobre las características
principales de cada uno de ellos.
Es importante señalar que el uso de la palabra “rito” se circunscribe
más bien a la masonería de la Europa continental, los británicos,
prefieren utilizar el término “working” que puede traducirse por “manera de trabajar “ o por “estilo.”
El rito no se puede explicar, hay que vivirlo
Podrá objetarse a las explicaciones que preceden su vaguedad o su
relativa imprecisión. Y se tendrá razón en ello. Pero cualquier
francmasón le dirá: “el rito, como la francmasonería, no puede
explicarse, sin vivirla”. No vea en ello una estratagema para rehuir
dar explicaciones más precisas o descriptivas.
En efecto, hace ya mucho tiempo que la mayoría de los ritos masónicos
han sido divulgados. Es relativamente fácil para alguien sinceramente
deseoso de conocer más sobre este asunto procurarse obras
especializadas. Sin embargo un libro, por muy bueno que sea, no podrá
dar nunca cuenta del rito en acción. Es un poco como el paracaidismo.
Podrán leerse hermosas obras sobre el arte de saltar en paracaídas,
observar fotografías y conocer todo sobre su técnica, pero el
conocimiento adquirido será siempre teórico y superficial mientras no
llegue a realizase el gran salto y se repita luego varias veces.
¿Existen diferencias de fondo y de forma notables entre los distintos ritos masónicos?
Fundamentalmente no pues todos ellos se inscriben en los principios de
la Orden. Sin embargo, pueden existir diferencias en los rituales, en
ciertos elementos del decorado, en los colores de los mandiles y en
ciertas palabras. Podemos incluso detectar ciertas características
filosóficas reseñables: por ejemplo, el rito escocés rectificado es un
rito muy impregnado de cristianismo mientras que el rito francés mucho
más abierto. Pero todo esto es en realidad muy subjetivo y forzosamente
discutible. Dos masones que practiquen el mismo rito hablarán sin duda
de manera diferente pero complementaria. De la misma manera, existen
modos particulares de practicar el mismo rito por parte de las Logias.
En consecuencia, son poco recomendables los discursos cerrados sobre
los ritos.
Añadamos, para terminar, que los ritos a pesar de sus especificidades,
especialmente en los altos grados, no son herméticos unos en relación a
los otros. Al contrario existe una permeabilidad efectiva. Así un
maestro masón, lo es sea cual sea el rito en el que ha obtenido dicho
grado y lo es para todos los ritos. Por otro lado es relativamente
habitual, que las Logias acumulen la practica de más de un rito y que
se establezcan convalidaciones entre los grados de unos y otros.
En el siguiente cuadro se detallan las correspondencias establecidas
entre los altos grados del rito Francés y los altos grados de los otros
ritos masónicos.[/size]
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rito masónico es el conjunto de ceremonias que, por una parte,
estructuran el trabajo colectivo efectuado por las logias y, por otra,
favorece el trabajo introspectivo de cada francmasón. La Francmasonería
usa pues este término sin darle ninguna dimensión teológica y
sacramental.
Los principales ritos son el rito francés,
el escocés antiguo y aceptado, el escocés rectificado, el inglés estilo
emulación y el rito de Memphis-mizraim. Las diversas ceremonias que
acompasan el trabajo masónico, son prescritas por rituales específicos
que ponen en obra el rito. Algunos ejemplos de estos rituales son: el
ritual de abertura y cierre de los trabajos de Logia; el ritual de
iniciación; el ritual de la cadena de unión; el ritual de instalación
del Venerable y de los Oficiales de la Logia, etc.
Los ritos que son puestos en práctica a través de los rituales, son al mismo tiempo iniciáticos, esotéricos y tradicionales.
Son “iniciáticos”
en el sentido de que permiten a aquéllos que lo viven y lo practican
conocerse mejor y progresar por un trabajo incesante y fecundo sobre
ellos mismos. Para practicarlos, hace falta haber sido iniciado después
un paso voluntario y reflexionado concienzudamente. La comprensión de
cualquier rito, sea éste masónico o de cualquier otra naturaleza,
requiere una parte importante de implicación. Un rito al cual se asiste
como espectador, como simple observador, está desprovisto de
significado y de todo impacto. Es posible incluso que se vuelva
grotesco y alienante a los ojos de aquel que no se siente partícipe del
mismo.
Los ritos son “esotéricos”,
siendo que no hay que entender por este término ningún tipo de “magia”
o practica de “ciencias secretas”, propias del “ocultismo”. Esoterismo
significa aquí que los valores, los principios, la “enseñanza
masónica”son transmitidos a través de los ritos y se expresa mediante
un lenguaje simbólico. Es decir que estos valores, estos principios y
estas enseñanzas no son inmediatamente dadas al francmasón, sino que
por la práctica y el estudio paciente del rito, el francmasón puede
descubrir y, a través de su experiencia personal, encontrar en ellos,
elementos para su edificación moral e intelectual.
Los ritos son, por último “tradicionales”
en la medida que emanan, en gran medida de tradiciones y mitos
ancestrales de la humanidad y son, de esta forma, portadores de una
sabiduría inmemorial.
Desde un punto de vista histórico, el
uso de la palabra “ rito “ para designar las ceremonias es bastante
tardío en la Francmasonería. Desde 1717, año de la fundación de la
Gran Logia de Londres, hasta los años 1740, los usos masónicos eran
bastante uniformes. Sin embargo, a partir de los años 1740, aparecen
divergencias notables en las prácticas masónicas, sobre todo en
Francia. Estas modificaciones fueron ganando poco a poco en amplitud
hasta contribuir a la conformación de la francmasonería tal como se
conoce hoy. Estas divergencias se han extendido sobre todo con la
creación de altos grados como continuación de los grados fundamentales
de la masonería que son los grados de aprendiz, compañero y maestro.
Así entre los años 1740 y 1815, llegó a producirse una proliferación
anárquica de ritos masónicos de los que la gran mayoría han caído hoy
en desuso, de ellos se tienen catalogados más de una cincuentena. Es
con el fin de distinguirlos unos respecto a los otros que los masones
empezaron a utilizar la palabra “rito”. Así, se habla del rito escocés
rectificado (1782), del rito francés (1786), del rito escocés antiguo y
aceptado (1804), del rito de Misraïm (1788), del rito inglés emulación
(1815), del rito de Memphis (1815), del rito antiguo y primitivo de
Memphis-Misraïm (1899), etc. En estas mismas páginas puede el lector
encontrar referencias históricas y sobre las características
principales de cada uno de ellos.
Es importante señalar que el uso de la palabra “rito” se circunscribe
más bien a la masonería de la Europa continental, los británicos,
prefieren utilizar el término “working” que puede traducirse por “manera de trabajar “ o por “estilo.”
El rito no se puede explicar, hay que vivirlo
Podrá objetarse a las explicaciones que preceden su vaguedad o su
relativa imprecisión. Y se tendrá razón en ello. Pero cualquier
francmasón le dirá: “el rito, como la francmasonería, no puede
explicarse, sin vivirla”. No vea en ello una estratagema para rehuir
dar explicaciones más precisas o descriptivas.
En efecto, hace ya mucho tiempo que la mayoría de los ritos masónicos
han sido divulgados. Es relativamente fácil para alguien sinceramente
deseoso de conocer más sobre este asunto procurarse obras
especializadas. Sin embargo un libro, por muy bueno que sea, no podrá
dar nunca cuenta del rito en acción. Es un poco como el paracaidismo.
Podrán leerse hermosas obras sobre el arte de saltar en paracaídas,
observar fotografías y conocer todo sobre su técnica, pero el
conocimiento adquirido será siempre teórico y superficial mientras no
llegue a realizase el gran salto y se repita luego varias veces.
¿Existen diferencias de fondo y de forma notables entre los distintos ritos masónicos?
Fundamentalmente no pues todos ellos se inscriben en los principios de
la Orden. Sin embargo, pueden existir diferencias en los rituales, en
ciertos elementos del decorado, en los colores de los mandiles y en
ciertas palabras. Podemos incluso detectar ciertas características
filosóficas reseñables: por ejemplo, el rito escocés rectificado es un
rito muy impregnado de cristianismo mientras que el rito francés mucho
más abierto. Pero todo esto es en realidad muy subjetivo y forzosamente
discutible. Dos masones que practiquen el mismo rito hablarán sin duda
de manera diferente pero complementaria. De la misma manera, existen
modos particulares de practicar el mismo rito por parte de las Logias.
En consecuencia, son poco recomendables los discursos cerrados sobre
los ritos.
Añadamos, para terminar, que los ritos a pesar de sus especificidades,
especialmente en los altos grados, no son herméticos unos en relación a
los otros. Al contrario existe una permeabilidad efectiva. Así un
maestro masón, lo es sea cual sea el rito en el que ha obtenido dicho
grado y lo es para todos los ritos. Por otro lado es relativamente
habitual, que las Logias acumulen la practica de más de un rito y que
se establezcan convalidaciones entre los grados de unos y otros.
En el siguiente cuadro se detallan las correspondencias establecidas
entre los altos grados del rito Francés y los altos grados de los otros
ritos masónicos.
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