En 1908, hace precisamente 100 años, un pequeño velero llamado Sarff Whisper navegaba por las peligrosas aguas de Cabo Blanco, una playa paradisíaca que está situada a unos 15 kilómetros de Nuadibú, capital comercial de Mauritania.
En esta zona del atlántico, de grandes e impetuosas olas y vientos, son comunes desde tiempos inmemoriales los naufragios.
Entonces corría el 18 de agosto de 1908. el Sarff Whisper navegaba sereno cerca de la orilla, hasta que de repente, una inmensa niebla se apoderó de la noche, oscureciendo todo el firmamento y dejando en total oscuridad las cercanías de la goleta. Los marineros intentaron recuperar el control del velero, pero eran incapaces de ver nada. Todo estaba demasiado oscuro. Por fin, pudieron divisar una luz e intentaron seguirla.
Sin éxito. Esta bola de luz era en realidad una columna de fuego que les condujo engañados hasta ella. La tripulación se fue acercando hasta que, incautos e ilusos, se dieron de bruces contra las rocas. El casco del velero se partió en dos. Los tripulantes perdieron el control total del mástil y se hundieron.
Poco a poco, el Sarff Whisper fue sumergiéndose en las frías aguas de Cabo Blanco. La bola de fuego, misteriosamente, desapareció también. Nunca más se vio algo parecido.
Hoy en día, el Sarff Whisper descansa en el fondo del mar junto a todos sus tripulantes. Por eso, entre los pescadores de la costa de Nuadibú se dice que cuando vuelva la niebla a la zona de Cabo Blanco, será entonces cuando barco fantasma y marineros, armados de rabia y con sed de venganza, se levantarán en busca de esta columna de fuego que les arrebató la vida. Sólo así podrán recuperarla.
Este paraje, anteriormente conocido por su belleza natural, es actualmente, no sólo retiro de restos de naufragios, sino también lugar de embarque de cayucos y pateras rumbo a Canarias. Muchos de ellos quién sabe si llegarán.
Por seguridad, no intentemos rodear en barco el continente africano acercándonos a esta zona, por muy bella que resulte. Y si acabamos decidiendo lo contrario, al menos que no se trate de un 18 de agosto.
(Se que esto no ba aquí pero no hay mas categorias... :pappi: )
En esta zona del atlántico, de grandes e impetuosas olas y vientos, son comunes desde tiempos inmemoriales los naufragios.
Entonces corría el 18 de agosto de 1908. el Sarff Whisper navegaba sereno cerca de la orilla, hasta que de repente, una inmensa niebla se apoderó de la noche, oscureciendo todo el firmamento y dejando en total oscuridad las cercanías de la goleta. Los marineros intentaron recuperar el control del velero, pero eran incapaces de ver nada. Todo estaba demasiado oscuro. Por fin, pudieron divisar una luz e intentaron seguirla.
Sin éxito. Esta bola de luz era en realidad una columna de fuego que les condujo engañados hasta ella. La tripulación se fue acercando hasta que, incautos e ilusos, se dieron de bruces contra las rocas. El casco del velero se partió en dos. Los tripulantes perdieron el control total del mástil y se hundieron.
Poco a poco, el Sarff Whisper fue sumergiéndose en las frías aguas de Cabo Blanco. La bola de fuego, misteriosamente, desapareció también. Nunca más se vio algo parecido.
Hoy en día, el Sarff Whisper descansa en el fondo del mar junto a todos sus tripulantes. Por eso, entre los pescadores de la costa de Nuadibú se dice que cuando vuelva la niebla a la zona de Cabo Blanco, será entonces cuando barco fantasma y marineros, armados de rabia y con sed de venganza, se levantarán en busca de esta columna de fuego que les arrebató la vida. Sólo así podrán recuperarla.
Este paraje, anteriormente conocido por su belleza natural, es actualmente, no sólo retiro de restos de naufragios, sino también lugar de embarque de cayucos y pateras rumbo a Canarias. Muchos de ellos quién sabe si llegarán.
Por seguridad, no intentemos rodear en barco el continente africano acercándonos a esta zona, por muy bella que resulte. Y si acabamos decidiendo lo contrario, al menos que no se trate de un 18 de agosto.
(Se que esto no ba aquí pero no hay mas categorias... :pappi: )