A los 4 dias de su llegada a la casa, madame V se encontraba en su dormitorio, que habia sido tambien el del prior, cuando de pronto aparecio ante ella una figura humana que llevaba tunica y cubria su cabeza con un capuchon. La figura avanzo hasta quedar frente a la chimenea. Alli se arrodillo y se inclino tres veces hacia el suelo en actitud de implorar. Estuvo largo tiempo arrodillado, despues se levanto y se fue hacia una puerta que daba a un pequeño gabinete.
Superado su terror inicial madame V se empezo a preguntar si lo que habia visto era real o producto de un mal sueño, o una alucinacion. Poco a poco se fue convenciendo de que todo habia sido imaginacion, hasta que, semanas mas tarde, una noche, la puerta de la habitacion volvio abrirse para dar paso a la misma figura, que repitio exactamente todo lo que habia echo la primera vez.
A madame V ya no le cabia duda; un monje anciano entraba a orar en la habitacion del prior. Resolvio hablarle la proxima vez que lo viera. La ocasión se le presento algunas semanas mas tarde cuando el monje entro a la habitacion, esta dejando sentir un fuerte olor a moho. La figura se arrodillo como siempre delante de la chimenea, comenzo a llorar estremeciendose con los sollozos, y con una voz extraña dijo:
"Dios mio, misericordia! Ten piedad de mi, dios mio! Perdoname Jesus!.
Madame V quiso hablarle, se sento en la cama y el monje la miro si hacerle mucho caso. Luego de un rato se levanto al fin y le dijo:
"Que hace usted aquí? Porque esta aquí?. Nadie tiene derecho a perturbar la paz de esta casa, que fue construida por religiosos para servir a la mayor gloria de Dios".
Entonces madame V conmovida, le pregunto porque el estaba ahí y porque venia a rezar a ese lugar. El monje contesto que hacia siglo que oraba ahí, y que nunca seria suficiente para borrar sus pecados y los crimenes que habia dejado cometer en nombre de Dios y la religion. Luego alzo los brazos al cielo y dijo:
"Sufro, Dios mio, sufro. Los hombres quieren ser superiores a Dios y se precipitan a los abismos. El globo terraqueo estallara, Europa, Asia y Africa seran sumergidas, solo America del Sur emergera."
Luego se volvio hacia madame V y le pregunto:
"A dado de beber al prisionero?"
Ella pregunto de que prisionero se trataba y donde estaba, a lo que el fantasma respondio que estaba en el calabozo al lado del refectorio del convento y le conto del hombre que habia muerto de hambre, sed y frio en ese calabozo, y que el, por cobardia, habia aceptado que eso sucediera.
Despues le dijo a madame V , que buscara en los alrededores del oratorio los restos de la estatua de Notre Dame au Flambeau y que la repusiera en el nicho del oratorio pues durante siglos habia sido reverenciada y habia efectuado curaciones y otorgado gracias. Cuando madame V prometio hacerlo el monje se fue.
La mujer entonces pidio a sus hijos, sin hablarle del fantasma, que buscaran el calabozo, este fue encontrado, asi como los restos de la estatua de la virgen.
El fantasma aparecio durante once noches seguidas, y madame V, se acostumbro a su presencia, no asi sus perros, los que se negaban a entrar a la habitacion, y obligados hacerlo, aullaban con los pelos erizados, hasta que se les permitia salir.
Madame V adelgazo y manifesto señales de un gran cansancio, por lo que decidio cambiar de habitacion. La casa entonces se lleno de ruidos por las noches, ruidos que fueron aumentando, en frecuencia y volumen, sin que se pudiera encontrar que era lo que los causaba.
Una mañana madame V, vio a otro fantasma, al parecer el de un obispo, que se le hacerco, le tomo una mano y le dijo que se fuera de esa casa que habia sido robada a los religiosos. Luego le hizo algunas predicciones, como la de que Francia, bajo la direccion de un gran hombre, conoceria, despues de muchas dificultades una era de renovacion y esplendor.
En vista del desmejoramiento de su madre, los dos hijos, aunque sin creer en los fantasmas, resolvieron ellos ocupar la habitacion de las apariciones. Cierta noche que regresaba de la ciudad, Jean le vio; una forma humana indefinida en la ventana del dormitorio. Jean ya dudo entonces de la existencia del fantasma y tomo la decision de fotografiarlo.
El 28 de Octubre de 1956, tomo la primer fotografia, que resulto ser solo una mancha grisacea.
El 12 de Enero de 1957 el monje se presento ante madame V, y le reprocho no haber reconstruido por completo la imagen de Notre Dame au Flambeau, a la que ella debia rogar por el, pues era la unica que podia liberarlo de sus padecimientos. Madame V encontro entonces el trozo de estatua que faltaba y la puso entonces encima de la chimenea del prior.
Vinieron entonces meses de calma. El 26 de Octubre de 1959 el fantasma volvio a aparecer y Jean lo fotografio. Las fotografias, bastantes claras esta vez, mostraban la figura de un monje.
A fines de Noviembre, durante una aparicion, madame V se le acerco y metio las manos dentro de la figura. La dama sufrio entonces un violento shock fisico y luego se sintio invadida por un frio glacial. La forma se deshizo. Las manos de la señora se hincharon y le ardian como si se hubiesen congelado. Al dia siguiente aun tenia los dedos muy hinchados, y siguieron asi aun durante dos meses. En la piel se advertian pequeñas quemaduras, la piel de las manos y antebrazos quedo rugosa y los dolores en las manos volviero a presentarse con bastante frecuencia.
En Marzo de 1960, el fantasma aparecio, probablemente por ultima vez, en el vestibulo. Alzaba al cielo los muñones de sus brazos y pido a madame V , que lo liberara de sus martirio. Ella pregunto que podia hacer y el respondio que habia muerto sin los auxilios de la religion, y que hiciera sobre el grandes señales de la cruz y lo rociara con agua bendita.
Ella explico que iria en busca del agua bendita; al regresar el monje habia desaparecido y nunca mas volvio a ser visto.
Superado su terror inicial madame V se empezo a preguntar si lo que habia visto era real o producto de un mal sueño, o una alucinacion. Poco a poco se fue convenciendo de que todo habia sido imaginacion, hasta que, semanas mas tarde, una noche, la puerta de la habitacion volvio abrirse para dar paso a la misma figura, que repitio exactamente todo lo que habia echo la primera vez.
A madame V ya no le cabia duda; un monje anciano entraba a orar en la habitacion del prior. Resolvio hablarle la proxima vez que lo viera. La ocasión se le presento algunas semanas mas tarde cuando el monje entro a la habitacion, esta dejando sentir un fuerte olor a moho. La figura se arrodillo como siempre delante de la chimenea, comenzo a llorar estremeciendose con los sollozos, y con una voz extraña dijo:
"Dios mio, misericordia! Ten piedad de mi, dios mio! Perdoname Jesus!.
Madame V quiso hablarle, se sento en la cama y el monje la miro si hacerle mucho caso. Luego de un rato se levanto al fin y le dijo:
"Que hace usted aquí? Porque esta aquí?. Nadie tiene derecho a perturbar la paz de esta casa, que fue construida por religiosos para servir a la mayor gloria de Dios".
Entonces madame V conmovida, le pregunto porque el estaba ahí y porque venia a rezar a ese lugar. El monje contesto que hacia siglo que oraba ahí, y que nunca seria suficiente para borrar sus pecados y los crimenes que habia dejado cometer en nombre de Dios y la religion. Luego alzo los brazos al cielo y dijo:
"Sufro, Dios mio, sufro. Los hombres quieren ser superiores a Dios y se precipitan a los abismos. El globo terraqueo estallara, Europa, Asia y Africa seran sumergidas, solo America del Sur emergera."
Luego se volvio hacia madame V y le pregunto:
"A dado de beber al prisionero?"
Ella pregunto de que prisionero se trataba y donde estaba, a lo que el fantasma respondio que estaba en el calabozo al lado del refectorio del convento y le conto del hombre que habia muerto de hambre, sed y frio en ese calabozo, y que el, por cobardia, habia aceptado que eso sucediera.
Despues le dijo a madame V , que buscara en los alrededores del oratorio los restos de la estatua de Notre Dame au Flambeau y que la repusiera en el nicho del oratorio pues durante siglos habia sido reverenciada y habia efectuado curaciones y otorgado gracias. Cuando madame V prometio hacerlo el monje se fue.
La mujer entonces pidio a sus hijos, sin hablarle del fantasma, que buscaran el calabozo, este fue encontrado, asi como los restos de la estatua de la virgen.
El fantasma aparecio durante once noches seguidas, y madame V, se acostumbro a su presencia, no asi sus perros, los que se negaban a entrar a la habitacion, y obligados hacerlo, aullaban con los pelos erizados, hasta que se les permitia salir.
Madame V adelgazo y manifesto señales de un gran cansancio, por lo que decidio cambiar de habitacion. La casa entonces se lleno de ruidos por las noches, ruidos que fueron aumentando, en frecuencia y volumen, sin que se pudiera encontrar que era lo que los causaba.
Una mañana madame V, vio a otro fantasma, al parecer el de un obispo, que se le hacerco, le tomo una mano y le dijo que se fuera de esa casa que habia sido robada a los religiosos. Luego le hizo algunas predicciones, como la de que Francia, bajo la direccion de un gran hombre, conoceria, despues de muchas dificultades una era de renovacion y esplendor.
En vista del desmejoramiento de su madre, los dos hijos, aunque sin creer en los fantasmas, resolvieron ellos ocupar la habitacion de las apariciones. Cierta noche que regresaba de la ciudad, Jean le vio; una forma humana indefinida en la ventana del dormitorio. Jean ya dudo entonces de la existencia del fantasma y tomo la decision de fotografiarlo.
El 28 de Octubre de 1956, tomo la primer fotografia, que resulto ser solo una mancha grisacea.
El 12 de Enero de 1957 el monje se presento ante madame V, y le reprocho no haber reconstruido por completo la imagen de Notre Dame au Flambeau, a la que ella debia rogar por el, pues era la unica que podia liberarlo de sus padecimientos. Madame V encontro entonces el trozo de estatua que faltaba y la puso entonces encima de la chimenea del prior.
Vinieron entonces meses de calma. El 26 de Octubre de 1959 el fantasma volvio a aparecer y Jean lo fotografio. Las fotografias, bastantes claras esta vez, mostraban la figura de un monje.
A fines de Noviembre, durante una aparicion, madame V se le acerco y metio las manos dentro de la figura. La dama sufrio entonces un violento shock fisico y luego se sintio invadida por un frio glacial. La forma se deshizo. Las manos de la señora se hincharon y le ardian como si se hubiesen congelado. Al dia siguiente aun tenia los dedos muy hinchados, y siguieron asi aun durante dos meses. En la piel se advertian pequeñas quemaduras, la piel de las manos y antebrazos quedo rugosa y los dolores en las manos volviero a presentarse con bastante frecuencia.
En Marzo de 1960, el fantasma aparecio, probablemente por ultima vez, en el vestibulo. Alzaba al cielo los muñones de sus brazos y pido a madame V , que lo liberara de sus martirio. Ella pregunto que podia hacer y el respondio que habia muerto sin los auxilios de la religion, y que hiciera sobre el grandes señales de la cruz y lo rociara con agua bendita.
Ella explico que iria en busca del agua bendita; al regresar el monje habia desaparecido y nunca mas volvio a ser visto.